jueves, 7 de agosto de 2008

JJOO/Vela: Sin viento y sin cereales para el desayuno en Qingdao

La poca variedad gastronómica, principal queja de los regatistas españoles en la villa olímpica de Qingdao


Poco viento y bruma son las condiciones meteorológicas que parece que dominarán en el debut de este deporte en los Juegos, que es el sábado día 9



Qingdao (China), 7 ago.- Poca variedad gastronómica y aires acondicionados excesivos son las principales quejas de la delegación de vela en la villa olímpica de Qingdao, en la que ya está totalmente instalada. En el aspecto positivo, los regatistas españoles destacan que la zona residencial esté en el mismo complejo del puerto olímpico. Las regatas olímpicas empiezan pasado mañana, sábado día 9, para las clases Finn e Yngling, las primeras en estrenarse en el campo de regatas maldito de esta ciudad costera localizada 550 kilómetros al sudeste de Pekín.

El puerto olímpico de Qingdao no es un desconocido para el equipo olímpico español de vela, que encabezan los medallistas olímpicos Rafa Trujillo, Iker Martínez y Xabi Fernández, así como la joven bicampeona de Europa Marina Alabau. Los regatistas españoles ya estuvieron aquí en las preolímpicas de 2006 y 2007, y ya el primer año todas las instalaciones estaban terminadas. “Aquí se demuestra la eficacia de esta gente y las ganas que tienen de demostrar que pueden organizar unos grandes Juegos”, razona la veterana regatista Sandra Azón, plata en Atenas 2004 en la clase 470 Femenino.

Otro punto a su favor es la construcción de la villa olímpica dentro del mismo complejo del Centro Internacional de Vela de Qingdao. “Desde la habitación al barco tenemos apenas dos minutos en bici, mientras que en ediciones anteriores teníamos una hora en bus”, relata Azón, que recuerda que tras los Juegos Olímpicos la villa olímpica se volverá a abrir como un hotel de lujo.

“Salones, salas de reunión, piscina climatizada de 40 metros, sauna, gimnasio, restaurantes, sala de juegos… todos los espacios comunes son enormes y en las tres primeras plantas tenemos wifi gratis, pero en las habitaciones carecemos de Internet –al contrario que en ediciones anteriores-”, se queja la regatista catalana, que en estos Juegos forma tripulación con su hermana Mónica y la asturiana Graciela Pisonero en la clase Yngling. En cuanto a las habitaciones, comenta que son “dobles, bastante grandes y cómodas”.

Las principales quejas de la selección española de vela se refieren a la oferta gastronómica. “Hay muy poca variedad, sobre todo si lo comparamos con Atenas. Aquí faltan alimentos tan obvios para un deportista como la leche desnatada y los cereales en el desayuno, más variedad de fruta, yogures por la noche, y también que los platos principales no sean tan picantes”, explica la medallista olímpica, que añade que “otro problema es que en las tres plantas comunes el aire acondicionado está muy fuerte, por lo que hay mucho contraste con el exterior… dentro de poco empezarán a caer los constipados”.

Pero la queja que está en boca de todos aquí en Qingdao es la falta de viento. Tras un mes de julio marcado por una plaga de algas –ya erradicada-, cuando los regatistas españoles pisaron suelo de esta ex colonia alemana les sorprendió muy mal tiempo, con fuertes vientos, mucha niebla y lluvia. Fue la semana pasada, y duró poco. “Nos volvemos un poco locos –confiesa Azón-, incluso el meteorólogo –Miguel Sánchez Cuenca- está despistado, la verdad es que estamos mentalizados de que podemos tener de todo”. El calor y la bruma causada por la humedad también es una constante a aguas del Mar Amarillo. “Cuando no son las algas es el poco viento, y cuando sopla algo de brisa es la niebla”, aclara la doble medallista olímpica Natalia Vía-Dufresne, que afronta sus cuartos Juegos Olímpicos, los terceros en la clase 470 F, con Laia Tutzó de tripulante y 16 años después de lograr la plata en Barcelona 1992 con sólo 19 años.

En cualquier caso, poco viento, niebla, lluvias puntuales y posibles tifones son las raras condiciones a las que se tienen que enfrentar en estos Juegos los profesionales de un deporte que necesita del viento para su práctica. Además, todas las regatas están programadas a la una del mediodía (hora china), y aquí oscurece muy pronto, a las siete de la tarde, por lo que el margen de tiempo para esperar la gracia de Eolo es bastante limitado.

Las clases Finn e Yngling estrenarán el campo de regatas chino, con las primeras pruebas programadas para pasado mañana, sábado día 9. Las demás disciplinas empezarán escalonadamente, y lógicamente también acabarán escalonadamente. Si todo va bien, el 21 se disputarán las últimas regatas olímpicas; el 22 y el 23 son días de reserva por si en jornadas anteriores no se ha podido cumplir el programa: seguro que se tendrán que utilizar.
fuente: Neus Jordi/ RFEV