Joaquín Ibáñez “mi sueño siempre ha sido poder ganar la Costa Azahar”
Empresario y regatista amateur, Joaquín Ibáñez, vuelve a la alta competición con el apoyo de Verdice Promociones inmobiliaria en la Regata Costa Azahar Bancaja, en el grupo IMS 670, donde se enfrentará a unidades de la talla del campeón del mundo de Jesús Pintos, de Navantia, Ciudad de Melilla, un Malbec liderado pro el armador Miguel Sánchez, Tanit Medilevel, del RCR Alicante, al mando de Nacho Campos, y Vindio, del cántabro Fernando Pombo. Joaquín Ibáñez, experto en el campeonato de Cruceros, tiene un extenso palmarés, aunque, como reconoce “mi sueño siempre ha sido ganar la Costa Azahar”. El Verdice Tuvvik es una unidad ganadora, que el año pasado se proclamaba campeón de la Copa de España IMS 670, después de vencer en los trofeos Zegna y Godó de la triple Corona del RCN Barcelona.
La apuesta de Verdice – Tuvvik con una unidad campeona de España
Tuvvik corre la Costa Azahar con el patrocinio de Verdice promociones inmobiliarias una empresa de Castellón que apuesta por segundo año consecutivo por la náutico y la regata Costa Azahar Bancaja, como una forma de promocionar el deporte de la vela. El barco que llevará el logotipo de Verdice Tuvvik es un Grand Soleil 37 de 11,6º m de eslora, 3,80 m de manga, 1,95 m de calado y en torno a las 7 toneladas de desplazamiento. Una unidad que realizó un extraordinario papel en la temporada del 2006, al mando de Carlos Rodríguez, en la que se proclamó campeón de España de IMS 670, y ganó las regatas Zegna y Freixenet, y segundo en el Trofeo Conde de Godó de la triple Corona Catalana.
La tripulación del Verdice tuvvik estará formada por: Joaquín Ibáñez, armador, patrón y táctico regatista Javier Serrano, varias veces campeón del mundo y de Europa de la clase vaurien, que alternará su puesto como táctico y caña con Joaquín Ibáñez. Con ellos competirá Carlos Cabrera, Guillermo Mateu, Guillermo Vilariño, Edgar Martínez y Emilio Marmaneu. Navegantes experimentados en al alta competición, y miembros habituales de los proyectos de alta competición afrontados por Joaquín Ibáñez.
Joaquín Ibáñez: La pasión por el mar
Joaquín Ibáñez tiene 52 años, comenzó a navegar muy joven en Benicassim, y en hobbie 16, vela ligera. La pasión por el mar le viene desde siempre, y aunque durante años hubo de abandonar la vela por motivos laborales, era un paso obligado en el tiempo volver a la práctica de este deporte en la vela de cruceros.
Su primer crucero fue un Arpege 925, después vendría el Fortuna 9, Tiniebla del Mar, y posteriormente el Bilirrubina un X99. Pero fue a partir del Bavaria 37 cuando comenzó la saga de los Tuvvik, el nombre que ya siempre han llevado todos los barcos del empresario castellonense.
Empresario en la actividad relacionada con al industria cerámica, Joaquín Ibáñez dirige tres empresas: Incolrapid, Tuvvik y Cut Fast,
Está casado, y tanto su mujer Julia como sus hijos, Andrea, de 12 años, como Joaquín, de 7, comparten la pasión de su padre, y son los primeros que le animan a competir, tanto las competiciones sociales como en las nacionales.
“Sin el apoyo de la familia es imposible disfrutar del mar. Tienes que mantener tu actividad profesional, que al fin y al cabo es lo que te permite disponer de los recursos adecuados y mantenerte día a día, pero también tienes que ser consciente de que tienes una familia detrás que te necesita, y si ellos no comparten tu pasión por el mar, es imposible”.
Joaquín Ibáñez es uno de los navegantes de Castellón que más ha participado en eventos de talla nacional. Desde el 98, cuando ganó el Trofeo Conde de Godó en Barcelona hasta ahora, ha alternado la vela social local con la vela de alta competición nacional, siempre apremiado por el trabajo e intentando compatibilizar su afición con su profesión”.
Joaquín Ibáñez es además el fundador de una regata la Incolrapid de Navegantes Solitarios, que este año cumplirá su 12ª edición, y que ha conseguido reunir a una de las mayores flotas de solitarios, cada año, en aguas de Castellón, con una participación que ha llegado a superar las 40 unidades. “La navegación en solitario es un reto para todo navegante, un solo hombre al frente de un barco cuya tripulación habitual media oscila entre los 6 y 10 tripulantes. Surgió cuando estas regatas todavía no tenían un gran seguimiento, y siempre ha tenido una gran acogida”.
Tuvvik: Cuna de grandes regatistas
Junto a Ibáñez se han curtido numerosos navegantes que hoy tienen nombre propio en la vela nacional: Javier Serrano, varias veces campeón del mundo y de Europa de la clase vaurien, Luis Llorens, Chrístofer Domínguez, Edgar Martínez, Gustavo Vilariño ect…
“Han sido muchos años de navegar juntos, cuando empezaron eran apenas unos críos, y hoy muchos de ellos se dedican profesionalmente a la vela, hay campeones del mundo, expertos en todo tipo de cruceros, TP52, constructores de barcos, monitores de vela, y colaboradores del Desafío Español de Copa América… El equipo siempre ha sido bueno, para mi era fundamental una coordinación en la que todos nos sintiéramos a gusto, y ellos siempre supieron valora el ambiente que se respiraba a bordo del Tuvvik cuando navegábamos en Castellón y cuando salíamos a Barcelona, a Valencia, a la Copa del Rey…”. Para ser un buen navegante no solo hay que saber navegar bien, hay que formarse en equipo y ser capaz de conocer el barco y a tus compañeros, para saber reaccionar en cada momento. A bordo del tuvvik se han vivido grandes regatas, pero sobre todo un gran compañerismos y se ha realizado siempre una extraordinaria labor de equipo.
Momentos de transición
La vela de cruceros se encuentra en un momento difícil, reconoce Ibáñez. Es un momento de transición, en el que se experimenta mucho pero en el que falta motivar y promover una verdadera afición por el barco de crucero. Lejos quedan las regatas del Campeonato de España donde se multiplicaban las unidades, y el número de competidores sobrepasaba las 20 unidades por clase. Joaquín Ibáñez estima que esta evolución es problemática, los presupuestos ahora son muy altos, la vela se profesionaliza, faltan navegantes especializados para todas las clases que han surgido durante los últimos años, y no existe una motivación adecuada para promover la vela de cruceros semi-profesional o amateur de alto nivel.
“Se ha profesionalizado la vela de alta competición, pero son proyectos que exigen una dedicación total, y están basados en un poder económico muy alto. Es un tema de dinero. Los sponsor piden espectáculo y retorno mediático, y para llegar a eso hay que llegar a unos niveles casi inalcanzables de presupuesto. Los navegantes buenos, como es lógico intentan vivir de la vela y profesionalizarse, pero no salen tantos navegantes para mantener todas las flotas, ni todos ellos pueden dedicarse todo el año a la vela. Estamos en un momento en que se apoya la competición de monotipos de TP52, los presupuestos son exagerados, ahora vienen los GP42, que van en la misma línea, y paralelamente se promocionan monotipos como el J80 y el Platú 25, más pequeños y más económicos, pero los regatistas que navegan en ellos son los mismos que lo hacen en los cruceros IMS y RN ¿Cómo mantener viva la competición en tanta clase diferente si no se forman nuevos navegantes para todas las categorías?”.
Joaquín Ibáñez estima que existe un hueco importante por cubrir, que no pueden llenar en este momento ni los sistemas de competición de IMS y RN. “no se exactamente como habría que hacerlo, pero si se que muchos cruceristas, armadores, que siempre se han mostrado dispuestos a competir en los campeonatos nacionales o por zona, ahora lo tienen muy difícil, y eso es perjudicial para la participación y para la flota.”