La jornada comenzaba con cielos cubiertos en el Port America’s Cup y apenas cinco nudos en el campo de regatas. Los meteorólogos sabían que la fuerza del viento iba aumentar y en Luna Rossa confiaban en que las nubes iban a provocar vientos variables en intensidad y dirección. El campo de regatas iba a estar cargado de trampas y rachas, exactamente las condiciones en las que se sienten más cómodos los italianos. Cinco minutos después de la salida, esto iba a quedar confirmado. Luna Rossa lideraba con cerca de cuatro esloras de ventaja y parecía navegar con comodidad. Pero los italianos cometerían un error en el segundo cruce y los kiwis no perdonaban.
MATCH 4 – Emirates Team New Zealand gana a Luna Rossa Challenge – DELTA 00:52
Luna Rossa hacía una clara declaración de intenciones nada más entrar en la caja de presalida. No estaban dispuestos a dejar que Barker controlara un solo minuto de la regata. En vez de aproarse al viento como es habitual en el barco que entra por el lado de la boya (sin preferencia de paso), James Spithill se llevaba el ITA 94 hacia la parte baja de la caja de presalida cruzando la proa del NZL 92.
Los italianos se hacían con la derecha en la salida y partían amurados a babor en busca del lado derecho del campo de regatas. Emirates Team New Zealand hacía exactamente lo contrario y se marchaba hacia la izquierda. Al inicio, el liderazgo favorecía al barco kiwi, pero la separación lateral entre ambos barcos y las condiciones de viento se ajustaban al estilo de Torben Grael, táctico de Luna Rossa Challenge. Cuanto más lejos están los barcos y más variable es la estabilidad del viento, Grael saca la magia y demuestra por qué ostenta cinco medallas olímpicas.
Cuando el NZL 92 y el ITA 94 estaban a más de 1.000 metros el uno del otro, Luna Rossa decidía virar para marcharse hacia el centro del campo de regatas. Dos minutos después, los kiwis respondían a la maniobra. Ambos barcos iban a llegar al primer cruce una vez cumplida la mitad de la ceñida. ¿Quién llegaría con la proa por delante? Luna Rossa, sin duda. El barco italiano navegaba a 8,5 nudos, mientras el neozelandés se acercaba a apenas 6. Cuando se encontraban, los italianos estaban cuatro esloras por delante.
En el segundo cruce, Luna Rossa viraba antes de pasar por delante de la proa del NZL 92 y dejaba la puerta abierta colocándose a sotavento. Los kiwis aceptaban la invitación y entraban hasta la cocina sin contemplaciones. El ITA 94 había virado muy lejos del NZL 92, que mantenía su rumbo porque las velas del barco italiano no afectaban a su viento. Con ambos barcos amurados a babor y en dirección al lado derecho del campo, Emirates Team New Zealand recuperaba el liderato. En cuatro viradas el táctico del NZL 92, Terry Hutchinson, le daba la vuelta a la regata.
Los neozelandeses navegaban a barlovento de los italianos, con buena separación lateral, con más velocidad y con un ángulo mucho más cerrado. Se los llevaban lejos del layline de la derecha y, cuando viraban para buscar la boya, la primera ceñida ya estaba en sus manos. En esa posición, cuando ambos barcos navegan en el mismo bordo con escasa separación lateral, el viento que llega al barco de barlovento está afectado por las turbulencias que generan las velas del que está a sotavento. Dean Barker montaba la primera boya 19 segundos antes que el barco gobernado por James Spithill.
En la empopada, los kiwis lograban conservar algo más de 70 metros de ventaja a lo largo de todo el primer bordo, que iba a ser muy largo por la posición en la que estaba colocada la puerta de sotavento. Y conforme ambos barcos iban acercándose a la primera mitad del tramo de popa, el viento iba bajando paulatinamente hasta apenas superar los siete nudos. Esto favorecería a los kiwis, que hasta ahora han demostrado que les va muy bien con vientos flojos. El NZL 92 había ampliado su ventaja a más de cuatro esloras cuando ambos barcos trasluchaban de forma simultánea.
Los kiwis llegaban a la puerta de sotavento ejecutando una trasluchada menos y montaban por el lado derecho. Exactamente 54 segundos después lo hacía Luna Rossa por el lado izquierdo. Pero una vez más, para cuando el ITA 94 montaba, el NZL 92 ya había virado para marcharse a cubrir cada movimiento de los italianos. La segunda ceñida iba a ser totalmente distinta a la primera. Los kiwis se llevaban al barco patroneado por Francesco de Angelis hacia el lado izquierdo del campo. Asesorado por Grael, Spithill iniciaba la guerra de viradas. Los neozelandeses respondían a cada maniobra marchándose más de 200 metros.
La última empopada iba a ser un paseo para el NZL 92, que anotaba así el 4-0 en el marcador para colocarse a un paso de levantar la Louis Vuitton Cup.
MATCH 4 – Emirates Team New Zealand gana a Luna Rossa Challenge – DELTA 00:52
Luna Rossa hacía una clara declaración de intenciones nada más entrar en la caja de presalida. No estaban dispuestos a dejar que Barker controlara un solo minuto de la regata. En vez de aproarse al viento como es habitual en el barco que entra por el lado de la boya (sin preferencia de paso), James Spithill se llevaba el ITA 94 hacia la parte baja de la caja de presalida cruzando la proa del NZL 92.
Los italianos se hacían con la derecha en la salida y partían amurados a babor en busca del lado derecho del campo de regatas. Emirates Team New Zealand hacía exactamente lo contrario y se marchaba hacia la izquierda. Al inicio, el liderazgo favorecía al barco kiwi, pero la separación lateral entre ambos barcos y las condiciones de viento se ajustaban al estilo de Torben Grael, táctico de Luna Rossa Challenge. Cuanto más lejos están los barcos y más variable es la estabilidad del viento, Grael saca la magia y demuestra por qué ostenta cinco medallas olímpicas.
Cuando el NZL 92 y el ITA 94 estaban a más de 1.000 metros el uno del otro, Luna Rossa decidía virar para marcharse hacia el centro del campo de regatas. Dos minutos después, los kiwis respondían a la maniobra. Ambos barcos iban a llegar al primer cruce una vez cumplida la mitad de la ceñida. ¿Quién llegaría con la proa por delante? Luna Rossa, sin duda. El barco italiano navegaba a 8,5 nudos, mientras el neozelandés se acercaba a apenas 6. Cuando se encontraban, los italianos estaban cuatro esloras por delante.
En el segundo cruce, Luna Rossa viraba antes de pasar por delante de la proa del NZL 92 y dejaba la puerta abierta colocándose a sotavento. Los kiwis aceptaban la invitación y entraban hasta la cocina sin contemplaciones. El ITA 94 había virado muy lejos del NZL 92, que mantenía su rumbo porque las velas del barco italiano no afectaban a su viento. Con ambos barcos amurados a babor y en dirección al lado derecho del campo, Emirates Team New Zealand recuperaba el liderato. En cuatro viradas el táctico del NZL 92, Terry Hutchinson, le daba la vuelta a la regata.
Los neozelandeses navegaban a barlovento de los italianos, con buena separación lateral, con más velocidad y con un ángulo mucho más cerrado. Se los llevaban lejos del layline de la derecha y, cuando viraban para buscar la boya, la primera ceñida ya estaba en sus manos. En esa posición, cuando ambos barcos navegan en el mismo bordo con escasa separación lateral, el viento que llega al barco de barlovento está afectado por las turbulencias que generan las velas del que está a sotavento. Dean Barker montaba la primera boya 19 segundos antes que el barco gobernado por James Spithill.
En la empopada, los kiwis lograban conservar algo más de 70 metros de ventaja a lo largo de todo el primer bordo, que iba a ser muy largo por la posición en la que estaba colocada la puerta de sotavento. Y conforme ambos barcos iban acercándose a la primera mitad del tramo de popa, el viento iba bajando paulatinamente hasta apenas superar los siete nudos. Esto favorecería a los kiwis, que hasta ahora han demostrado que les va muy bien con vientos flojos. El NZL 92 había ampliado su ventaja a más de cuatro esloras cuando ambos barcos trasluchaban de forma simultánea.
Los kiwis llegaban a la puerta de sotavento ejecutando una trasluchada menos y montaban por el lado derecho. Exactamente 54 segundos después lo hacía Luna Rossa por el lado izquierdo. Pero una vez más, para cuando el ITA 94 montaba, el NZL 92 ya había virado para marcharse a cubrir cada movimiento de los italianos. La segunda ceñida iba a ser totalmente distinta a la primera. Los kiwis se llevaban al barco patroneado por Francesco de Angelis hacia el lado izquierdo del campo. Asesorado por Grael, Spithill iniciaba la guerra de viradas. Los neozelandeses respondían a cada maniobra marchándose más de 200 metros.
La última empopada iba a ser un paseo para el NZL 92, que anotaba así el 4-0 en el marcador para colocarse a un paso de levantar la Louis Vuitton Cup.
Fuente: ACM