Doce años después de su última victoria en la Transat inglesa, Loïck Peyron repite su hazaña cruzando la línea de meta de la 13ª edición a las 3h15'35'' el pasado sábado 24 de mayo. Un hecho histórico que le ha permitido superar a Eric Tabarly, convirtiéndose así en el único navegante que ha logrado ganar por tercera vez esta mítica travesía transatlántica en solitario entre Inglaterra y los Estados Unidos. Con su llegada como vencedor a Boston, Loïck Peyron consigue para el Grupo LCF Rothschild y para el Gitana Team su décimo segunda victoria de travesía en solitario en menos de dos años.
A las 3h15’35” TU (a las 5h15’35’’, hora de París), tras una jornada que parecía interminable, Loïck Peyron cruzó la línea de meta de la Transat inglesa 2008. A la altura de Boston, las luces brillaban aclamando la gesta que acababa de conseguir el timonel del Gitana Eigthy. El monocasco con los colores del Grupo LCF Rothschild recorrió las 2982 millas teóricas en 12 días, 11 horas, 45 minutos y 35 segundos sin tener en cuenta las 2h30 invertidas en el desvío, el martes pasado, para prestar asistencia a Vincent Riou.
Eric Tabarly había entrado en la historia las Grandes Travesías y en el corazón de todos los franceses al conseguir en dos ocasiones (1964 y 1976) la madre de todas las transatlánticas. Esta noche, en las costas de Boston, el alumno superó al maestro, inscribiendo su nombre en el palmarés de esta mítica travesía por tercera vez en su carrera. Ya en 1992 y 1996 Loïck Peyron había brillado a bordo de su multicasco de 60 pies, y este año lo ha conseguido al timón de la recién nacida Gitana (monocasco botado en junio de 2007).
A pesar de las condiciones atípicas a las que se ha tenido que enfrentar durante esta travesía del Atlántico Norte, con numerosos pasajes de mal tiempo que ralentizaron la flota, Gitana Eigthty marcó un nuevo tiempo de referencia para esta prueba: 12 días, 11 horas, 45 minutos y 35 segundos. Loïck Peyron destrona así a Mike Golding, que había atravesado el Atlántico Norte en 12 días, 15 horas, 18 minutos y 8 segundos.
Gitana, la pasión de la vela bajo el impulso del Barón Benjamín de Rothschild
Bajo el impulso del Barón Benjamín de Rothschild, la historia del Gitana se inicia con los multicascos en el año 2000, con el Gitana IX. Continúa con el Gitana X en el 2002, el Gitana 11 (Ex-Begacom) en 2004, después el Gitana 12 (Ex Bonduelle) en 2006, en sustitución del Gitana X. En el año 2007, un año después de la llegada de Loïck Peyron a la cabeza del Gitana Team, la flota se amplía: el Gitana 11, el multicasco de 60 pies Orma, gran vencedor de la Ruta del Ron 2006, que desde este momento se ve acompañado por el Gitana Eighty, monocasco de 60 pies Imoca, y el Gitana 13, un maxicatamarán de 33 metros dedicado a la exploración. Récords en tripulación para el Gitana 13 y travesías en solitario para el Gitana Eighty: esta nueva temporada promete escribir hermosas líneas en la historia de los Gitana...
Las primeras declaraciones de Loïck Peyron, vencedor de la Transat inglesa 2008: Una tercera victoria histórica
«Fue con esta carrera cuando todo comenzó para Francia en el mundo de la vela, y ganarla por tercera vez es, para mí, una gran satisfacción. Cada vez que esto sucede a bordo de un barco de vela francesa debemos agradecer buena parte del triunfo a Eric Tabarly. Nosotros seguimos su estela... pero paradójicamente, este año pensé menos en él que en la primera carrera disputada a bordo del monocasco. Estoy muy feliz de haber conseguido este triunfo para el Gitana Team. Tengo un equipo excepcional, que trabaja en confianza gracias al apoyo incondicional de nuestro armador, tan apasionado como apasionante, el Barón Benjamín de Rothschild. En dos años, el Gitana Team ha ganado dos grandes pruebas en solitario: La Ruta del Ron en 2006, airosamente conseguida por Lionel Lemonchois, y este año la Transat inglesa. Es una bonita recompensa al trabajo en equipo.»
«¡Estoy feliz, pero cansado! Son embarcaciones físicamente agotadoras. Hacer travesías en estos monocascos es menos estresante que en los multicascos, pero es mucho más agotador físicamente. Hay que trabajar duro y constantemente para «extraer» la quintaesencia de nuestras máquinas. Gitana Eighty es un barco recién nacido, un «bebé de mar» que me llena de satisfacción. Y lo mejor de esta transatlántica es que a pesar de mi vejez todavía soy capaz de mantener el ritmo (risas). Todos los días se aprende algo nuevo y es por esto por lo que todavía continúo.»
«Mi victoria en la Transat BtoB en diciembre del año pasado, y ahora esta, me dan confianza, pero la Vendée Globe es otro cantar. Hay competidores muy buenos, una gran selección donde nada se deja al azar. Con estas nuevas generaciones de embarcaciones, estamos permanentemente regateando: esta Transat era a escala Atlántica, y en unos meses será a nivel planetario.»
«La mejor forma de ganar una carrera es ante todo acabarla, y yo lo viví a bordo del Gitana Eighty. Las primeras horas con Vincent fueron demasiado complicadas incluso para mí. Era perturbador pero Vincent ha estado genial y muy tranquilo a pesar de la dificultad de la situación para él. Durante esos tres días y medio tenía la impresión de ser el decano de la facultad, observado por un joven alumno lleno de talento... me repetía a mi mismo que no podía cometer ningún error, tenía que hacer bien las cosas (risas). Me hubiese gustado poder continuar con nuestro duelo, pero ha estado bien tenerlo a bordo. Tuvimos tiempo para hablar de aspectos técnicos, pero también de otras muchas cosas.»
A las 3h15’35” TU (a las 5h15’35’’, hora de París), tras una jornada que parecía interminable, Loïck Peyron cruzó la línea de meta de la Transat inglesa 2008. A la altura de Boston, las luces brillaban aclamando la gesta que acababa de conseguir el timonel del Gitana Eigthy. El monocasco con los colores del Grupo LCF Rothschild recorrió las 2982 millas teóricas en 12 días, 11 horas, 45 minutos y 35 segundos sin tener en cuenta las 2h30 invertidas en el desvío, el martes pasado, para prestar asistencia a Vincent Riou.
Eric Tabarly había entrado en la historia las Grandes Travesías y en el corazón de todos los franceses al conseguir en dos ocasiones (1964 y 1976) la madre de todas las transatlánticas. Esta noche, en las costas de Boston, el alumno superó al maestro, inscribiendo su nombre en el palmarés de esta mítica travesía por tercera vez en su carrera. Ya en 1992 y 1996 Loïck Peyron había brillado a bordo de su multicasco de 60 pies, y este año lo ha conseguido al timón de la recién nacida Gitana (monocasco botado en junio de 2007).
A pesar de las condiciones atípicas a las que se ha tenido que enfrentar durante esta travesía del Atlántico Norte, con numerosos pasajes de mal tiempo que ralentizaron la flota, Gitana Eigthty marcó un nuevo tiempo de referencia para esta prueba: 12 días, 11 horas, 45 minutos y 35 segundos. Loïck Peyron destrona así a Mike Golding, que había atravesado el Atlántico Norte en 12 días, 15 horas, 18 minutos y 8 segundos.
Gitana, la pasión de la vela bajo el impulso del Barón Benjamín de Rothschild
Bajo el impulso del Barón Benjamín de Rothschild, la historia del Gitana se inicia con los multicascos en el año 2000, con el Gitana IX. Continúa con el Gitana X en el 2002, el Gitana 11 (Ex-Begacom) en 2004, después el Gitana 12 (Ex Bonduelle) en 2006, en sustitución del Gitana X. En el año 2007, un año después de la llegada de Loïck Peyron a la cabeza del Gitana Team, la flota se amplía: el Gitana 11, el multicasco de 60 pies Orma, gran vencedor de la Ruta del Ron 2006, que desde este momento se ve acompañado por el Gitana Eighty, monocasco de 60 pies Imoca, y el Gitana 13, un maxicatamarán de 33 metros dedicado a la exploración. Récords en tripulación para el Gitana 13 y travesías en solitario para el Gitana Eighty: esta nueva temporada promete escribir hermosas líneas en la historia de los Gitana...
Las primeras declaraciones de Loïck Peyron, vencedor de la Transat inglesa 2008: Una tercera victoria histórica
«Fue con esta carrera cuando todo comenzó para Francia en el mundo de la vela, y ganarla por tercera vez es, para mí, una gran satisfacción. Cada vez que esto sucede a bordo de un barco de vela francesa debemos agradecer buena parte del triunfo a Eric Tabarly. Nosotros seguimos su estela... pero paradójicamente, este año pensé menos en él que en la primera carrera disputada a bordo del monocasco. Estoy muy feliz de haber conseguido este triunfo para el Gitana Team. Tengo un equipo excepcional, que trabaja en confianza gracias al apoyo incondicional de nuestro armador, tan apasionado como apasionante, el Barón Benjamín de Rothschild. En dos años, el Gitana Team ha ganado dos grandes pruebas en solitario: La Ruta del Ron en 2006, airosamente conseguida por Lionel Lemonchois, y este año la Transat inglesa. Es una bonita recompensa al trabajo en equipo.»
«¡Estoy feliz, pero cansado! Son embarcaciones físicamente agotadoras. Hacer travesías en estos monocascos es menos estresante que en los multicascos, pero es mucho más agotador físicamente. Hay que trabajar duro y constantemente para «extraer» la quintaesencia de nuestras máquinas. Gitana Eighty es un barco recién nacido, un «bebé de mar» que me llena de satisfacción. Y lo mejor de esta transatlántica es que a pesar de mi vejez todavía soy capaz de mantener el ritmo (risas). Todos los días se aprende algo nuevo y es por esto por lo que todavía continúo.»
«Mi victoria en la Transat BtoB en diciembre del año pasado, y ahora esta, me dan confianza, pero la Vendée Globe es otro cantar. Hay competidores muy buenos, una gran selección donde nada se deja al azar. Con estas nuevas generaciones de embarcaciones, estamos permanentemente regateando: esta Transat era a escala Atlántica, y en unos meses será a nivel planetario.»
«La mejor forma de ganar una carrera es ante todo acabarla, y yo lo viví a bordo del Gitana Eighty. Las primeras horas con Vincent fueron demasiado complicadas incluso para mí. Era perturbador pero Vincent ha estado genial y muy tranquilo a pesar de la dificultad de la situación para él. Durante esos tres días y medio tenía la impresión de ser el decano de la facultad, observado por un joven alumno lleno de talento... me repetía a mi mismo que no podía cometer ningún error, tenía que hacer bien las cosas (risas). Me hubiese gustado poder continuar con nuestro duelo, pero ha estado bien tenerlo a bordo. Tuvimos tiempo para hablar de aspectos técnicos, pero también de otras muchas cosas.»